Siete pasos para trabajar la cronología de tu novela
Al escribir una novela lo normal es avanzar en línea recta, siguiendo un orden cronológico, desde el principio hasta el final. Este es el orden lógico y suele funcionar muy bien, sobre todo para los escritores primerizos. Pero el orden cronológico debe examinarse al menos una vez durante la revisión para cerciorarse de que ciertos acontecimientos no tendrían más fuerza o serían más relevantes si los introdujéramos en otro orden.
La cronología u orden temporal puede ser un reto interesante para los escritores. Lo común al escribir es seguir la lógica causa-efecto: El labrador no se puede casar con la princesa porque es pobre. El labrador mata al dragón y se hace con el tesoro que este custodiaba. El labrador se casa con la princesa. Ahora bien, en ocasiones puede resultar útil alterar el orden para darle más interés.
Por ejemplo, en una novela puede haber varios personajes importantes que en diferentes puntos de la historia se conviertan en el centro de la misma. La historia de cada personaje tiene de hecho su propia cronología, pero lo que sucede a cada uno de ellos no siempre afecta o se relaciona con el resto de personajes. Así que se podría dividir la historia de cada uno de los personajes en varios fragmentos o escenas y luego mezclar esos fragmentos entre sí, de modo que la acción salte de un personaje a otro y, con ello, de un momento a otro, alterando la cronología.
Otro ejemplo: has escrito dos escenas en las que intervienen tus dos protagonistas, Enrique y Lucía. Has escrito esas escenas en orden, siguiendo su cronología lo que sin duda resulta más sencillo. Sin embargo quieres que se comprenda que entre ambas escenas, aunque están relacionadas, ha pasado el tiempo. Si las dejas una a continuación de la otra, tal como las has escrito, puede parecer que el lapso de tiempo que las separa es corto o incluso inexistente. Pero si entre ambas escenas incluyes una nueva en la que sólo aparezca Lucía, o incluso Lucía en compañía de un tercer personaje, habrás logrado que el lapso de tiempo entre las dos escenas parezca mayor.
Encontrar el lugar más adecuado para cada fragmento de cada historia de cada personaje es uno de los retos más interesantes que plantea la escritura. Se trata de jugar con el orden de las diferentes escenas (o al menos de las más significativas) y ver qué combinación funciona mejor.
Cómo trabajar la cronología de tu novela
1. Prepara una lista de las escenas: prepara una lista o un esquema sucinto de las escenas más importantes de tu novela en la que debes incluir las hechos más relevantes que suceden en la misma y qué personajes intervienen. Se trata de que, a simple vista, sepas de qué escena se trata. Puedes probar a poner un título representativo a cada escena.
Debe ser una lista fácilmente editable, que te permita reordenarla con facilidad. Puedes usar tarjetas o post itpegados en una pared. También una tabla de excel.
2. Crear un orden preliminar: usa el esquema que has creado para barajar las escenas hasta dar con un orden que consideres que puede ser un buen comienzo. Tómate el tiempo que necesites para plantear ese orden preliminar. Trata de crearte una idea de cómo sería la novela, pero ten presente que no tiene por qué ser el orden definitivo.
3. Ordena: es el momento de pasar a la acción. Coloca las escenas de tu original en el orden preliminar que has creado valiéndote de tu esquema.
4. Lee la novela: una vez tengas todas las escenas colocadas en el orden preliminar, lee tu novela. Presta atención a los problemas de continuidad que resulten evidentes. No tienes que corregirlos todavía, recuerda que es tan solo un orden de prueba. Toma notas de esos errores, así como de aquellas ideas que se te ocurran relativas a la cronología y valora la posibilidad de incluir nuevas escenas.
5. Reordena: regresa a la lista con el esquema previo que elaboraste en el paso uno y reordena de nuevo. De ahí la importancia de que la lista se pueda editar con facilidad.
6. Repite: repite los pasos tres, cuatro y cinco. Vuelve a reubicar las escenas en tu original siguiendo el nuevo orden. Lee el resultado prestando atención a la cronología, a cómo se enlazan las escenas entre sí, si hay incongruencias temporales o relaciones entre los acontecimientos que no se comprenden bien. Toma notas.
7. Repite el paso anterior tantas veces como sea preciso hasta que sientas que has dado con el orden correcto.
No olvides que trabajar la cronología forma parte del proceso de reescritura. Necesitas tener tu novela ya escrita para poder alterar sus escenas, releerla y decidir qué cambiar.
Sin embargo puedes hacer un trabajo previo antes de empezar a escribir, usando simplemente un esquema previo de las principales escenas que ya tengas en mente como germen de tu novela.
¿Has trabajado sobre la cronología de tu novela, alterándola, en el momento de la reescritura?
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