Jugar ‘Rayuela’ en París para recordar a Cortázar

Este artículo se publicó originalmente en 2015. Lo retomamos en honor al 104 aniversario del nacimiento de Julio Cortázar.
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Julio Silva, artista argentino y mejor amigo de Julio Cortázar Credit Hugo Passarello
Hugo Passarello era bastante joven la primera vez que leyó Rayuela, de Julio Cortázar. Como muchos lectores de esa obra, quedó cautivado por la narrativa y sus juegos de estructura. Ambientada en París, la novela tiene 155 capítulos para los que Cortázar da tres opciones de orden de lectura: cronológico, en saltos con instrucciones o como uno guste.
“Cortázar jugó con la idea de que un libro fuera una historia con la cual jugar”, dijo Passarello. “Me inspiró a hacer lo mismo con las fotografías”.
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Ricardo Mosner, artista argentino. "Toc, toc. —Despertémonos —decía Oliveira alguna que otra vez. —Para qué —contestaba la Maga, mirando correr las péniches desde el Pont Neuf—". Credit Hugo Passarello
Después de mudarse él también a París y de pensar cómo realizar un proyecto basado en un texto lleno de historias inesperadas, Passarello produjo “Rayuela”: retratos de amigos, lectores y contemporáneos de Cortázar compilados para el centésimo aniversario del natalicio del escritor, en 2014.
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Andrea Cohen, música argentina. "El tiempo —dijo Oliveira— era muy variable, pero de cuando en cuando había días buenos. Otra cosa: Como muy bien dijo César Bruto, si a París vas en octubre, no dejes de ver el Louvre”. Credit Hugo Passarello

El trabajo de Passarello es un diálogo entre la imagen y el texto. Empezó a finales de 2013 por medio de redes sociales, donde encontraría a once participantes que eligieran su pasaje favorito de la novela y acordaron ser retratados en la ubicación parisina de ese fragmento.
Terminó por atraer a muchísimas más personas.
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Jérôme Dulou, francés y profesor de español. "Apoyándose contra un farol, levantó la cara y dejó que la lluvia lo empapara del todo. Así nadie podría darse cuenta, con la cara cubierta de agua nadie podría darse cuenta". Credit Hugo Passarello
“La gente seguía diciendo que quería participar”, dijo Passarello. Terminó tomando seis retratos cada fin de semana, después de conversar con cada persona para entender sus vínculos con Rayuela.
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Luisa Valenzuela, escritora argentina. "[…] yo no sé por qué estoy en el café, en todos los cafés, en el Elephant & Castle, en el Dupont Barbès, en el Sacher, en el Pedrocchi, en el Gijón, en el Greco, en el Café de la Paix, en el Café Mozart [...] en los cafés de cualquier lado". Credit Hugo Passarello
En uno de los retratos, Érica, profesora de español, yace pensativa al lado del Sena. Le dijo a Passarello que cuando era joven “los periplos metafísicos y festivos” la ayudaron a preguntarse y descubrir. Eligió un pasaje sobre tirarse al río parisino como “algo lúcido y liberador”.
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Érica de Dios Morales, española. "—Te tengo tanta lástima, Horacio. —Ah, eso no. Despacito, ahí. —Vos sabés que yo a veces veo. Veo tan claro. Pensar que hace una hora se me ocurrió que lo mejor era ir a tirarme al río. —La desconocida del Sena... Pero si vos nadás como un cisne”. Credit Hugo Passarello
Otro de los retratos es el del artista argentino Julio Silva, amigo de Cortázar. Por medio de la lente de Pasarello, Silva aparece solemne cerca de la tumba de Cortázar, de espaldas.
“El proyecto fue una prueba”, dijo Passarello sobre la experiencia de retratar a varios sujetos. “Retó mi capacidad de conocer rápidamente a desconocidos y conseguir que se expusieran”.
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Nicolás Román Borré, realizador, cineclubista y recolector de imágenes colombiano. "Vagando por el Quai des Célestins piso unas hojas secas y cuando la levanto y la miro bien, la veo llena de 'polvo de oro viejo'". Credit Hugo Passarello
El uso del blanco y negro le permitió también convertir a sus fotos en un homenaje a un París muy distinto, aquel que fue retratado medio siglo antes por Cortázar. “El París de hoy es menos bohemio y mucho más costoso”, dijo. Pero muchos de los edificios siguen prácticamente idénticos. “El blanco y negro me permitió retratar los mismos lugares que retrata Cortázar en otro punto del tiempo”.
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Marcela Vivar, artista visual y fotógrafa argentina. "Oh, Maga, en cada mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una pausa filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas mojado que se cierra". Credit Hugo Passarello
Pese al paso de las décadas, el proyecto de Passarello comprueba la fortaleza que aún tienen —por no decir que magnifican— las palabras del escritor argentino.
“Las historias básicas y mundanas de grandes cuentistas se vuelven memorables y fantásticas”, dijo Passarello. “¿Es posible contar un relato con el mismo poder, por medio de las imágenes?”.
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Ele Di Lorenzo, cocinera itinerante argentina. "Con ella yo sentía crecer un aire nuevo, los signos fabulosos del atardecer o esa manera como las cosas se dibujaban cuando estábamos juntos y en las rejas de la Cour de Rohan los vagabundos se alzaban al reino medroso y alunado de los testigos y los jueces [...]”. Credit Hugo Passarello
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Maru Ibáñez, bióloga argentina. "Cuando subía a mi pieza de la rue de la Tombe Issoire traía siempre una flor, una tarjeta Klee o Miró, y si no tenía dinero elegía una hoja de plátano en el parque". Credit Hugo Passarello
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Marcelo Balsells, músico y entonces director de la Casa Argentina en París. "Más allá del boulevard Jourdan [...] dejábamos las bicicletas en la calle y nos internábamos de a poco, parándonos a mirar el cielo porque esa es una de las pocas zonas de París donde el cielo vale más que la tierra". Credit Hugo Passarello
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Jérémy Buldo, artista francés. "Sin embargo los dos, Maga, estamos componiendo una figura, vos un punto en alguna parte, yo otro en alguna parte, desplazándonos". Credit Hugo Passarello
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Miguel “Rep” Repiso, dibujante argentino. "Tal vez rapándome, llenándome la cabeza de ceniza, llegar con el cazo de las limosnas. No soy ya el que conocisteis, oh, mujeres". Credit Hugo Passarello
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Luis Dapelo, crítico y traductor. "Sé, porque me lo dijiste, que a vos no te gustaba que yo te viese entrar en la pequeña librería de la rue de Verneuil, donde un anciano agobiado hace miles de fichas y sabe todo lo que puede saberse sobre historiografía". Credit Hugo Passarello
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Raquel Thiercelin, amiga francoespañola de Cortázar y profesora de literatura hispanoamericana. "Se citaban por ahí y casi siempre se encontraban [...] No podía ser que la Maga decidiera doblar en esa esquina de la rue de Vaugirard exactamente en el momento en que él, cinco cuadras más abajo, renunciaba a subir por la rue de Buci [...]". Credit Hugo Passarello



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