LOS RESTAURANTES MÁS CURIOSOS DE MEDELLÍN

RESTAURANTES GOURMET EN LA MINORISTA O SITIOS SIRVEN LA COMIDA CRUDA. AQUÍ LOS MÁS PARTICULARES.

En los últimos años el sector de bares y restaurantes en Medellín ha experimentado un boom por cuenta del crecimiento en las llegadas de turistas de negocios atraídos por la oferta paisa de “ciudad innovadora” y “mejor destino en Latinoamérica para congresos y eventos”.

A eso se suma un cambio en la mentalidad de los comensales que ha abierto espacios a propuestas que van más allá del fríjol y la carne.

El dueño de ‘Queareparaenamorarte’, Julián Estrada, quien además de experto en gastronomía es antropólogo, explica que históricamente tener un negocio de comidas en suelo paisa no ha sido fácil. “Hasta hace pocos años el problema era de cultura provinciana y de remilgos de crianza; afortunadamente las cosas han cambiado”, escribió hace poco Estrada en una de sus columnas.

Por eso, destacamos algunos de los sitios que en los últimos meses y años han destacado por innovar, de alguna forma, en el plato o servicio.

Gourmet en la plaza de mercado

Hace seis años Luis Fernando Díaz tuvo la idea de crear un restaurante de alto nivel en la zona menos común de la ciudad: la Plaza Minorista José María Villa. Después de buscar escogió el local 16 de la sección 10 de la plaza, y echó a andar el proyecto.
Pocos días antes de abrir, su contador le pidió un nombre para llenar los requisitos legales del negocio, y ante el desespero y el estrés de la apertura, Díaz le contestó: ‘Aquí Paró Lucho’. Y así nació el restaurante que ya se ha convertido en leyenda entre los turistas que buscan explorar los sabores propios de la región paisa.
La cara de sorpresa de los visitantes al principio era la constante. Manteles impecables, cubiertos brillantes y vajillas inmaculadas en un lugar que es más asociado a carga, productos crudos y ríos de gente. “En dos lugares se come bien. En su casa y aquí también”, decía el letrero que hasta hace poco adornaba el lugar.
El lugar se distingue por servir desde las 5:00 a.m. hasta las 4:30 p.m. platos para todos los gustos. Sus precios oscilan entre 9.000 y 40.000 pesos y los viernes el plato estrella es la famosa paella. No abre los lunes y solo recibe pagos en efectivo.

El sándwich de kilo y medio

Hace tres meses en el Mall Indiana se instaló el restaurante i95, especializado en comida estadounidense. Y aunque no es el único en su tipo, sí tiene un plato que llama la atención de muchos.
Se trata de ‘Man vs. Food’, un sándwich de pollo con tocineta, huevo, queso, lechuga y salsa, que pesa 1 kilo y 600 gramos y que se acompaña de 200 gramos de papas fritas y toda la gaseosa que el cliente se quiera tomar.
“Es gratis si se lo come una sola persona en menos de 35 minutos. Si se demora más o lo comparte, pierde el reto y paga el valor de la comida, que son 55 mil pesos”, explica Miguel de Greiff, dueño del lugar.

Hasta el momento 15 personas se le han medido al enorme reto, pero solo tres han podido dejar el plato vacío antes de cumplir el tiempo. Como premio, sus fotos están en la cartelera del honor y en sus casas conservan la camiseta que da fe de su hazaña.

El plato está inspirado en un programa de televisión del mismo nombre, en el que el presentador viaja de ciudad en ciudad probando retos similares a este.

Comida cruda

Al lado de la piscina del Hotel Intercontinental está el restaurante Fogón de Piedra, un concepto que aunque es común en otras zonas del mundo, es una novedad en la ciudad.

La especialidad son carnes, pollo y mariscos que se sirven crudos en un plato, acompañados por especias y sazonadores. Junto con ellos, llega a la mesa piedras calientes sobre las que el comensal puede cocinar la comida como mejor le parezca.

Quienes lo han visitado y calificado en redes como Degusta y Foursquare aseguran que preparar las carnes en piedras volcánicas o de mar le da un toque único y casero a las comidas.
Para quienes son menos osados, el lugar también ofrece pastas, pizzas y platos tradicionales.

Girar mientras comes

En el último piso del hotel Dann, en El Poblado, está Tony Roma’s, un restaurante especializado en costillas y parrilla que, además, es el único en la ciudad que gira mientras está abierto.
Mauricio Tovar, capitán del restaurante, explica que con el sistema giratorio y la ubicación especial de las mesas, todas al lado del ventanal, se ofrece una vista completa y única de la ciudad.

El lugar se demora 1 hora y 50 minutos en dar la vuelta completa, así que no hay posibilidad de que los comensales se mareen o sientan vértigo.

El restaurante funciona hace 16 años y ofrece además música en vivo y servicio de decoración en las mesas para ocasiones especiales.

La comida de la casa, 24 horas

El nombre y los platos son una apología a la tradición paisa, pero el hecho de que funcione las 24 horas del día en una ciudad que generalmente cierra las puertas de sus restaurantes a las 10:00 p.m. hacen que La Sazón del Paisita esté en este listado.

El restaurante funciona en un modesto local en la calle 9 y desde hace años ofrece el mismo menú: fríjoles con chicharrón, chorizo o asadura, bandeja completa, pollo albóndigas o sudado y ningún plato cuesta más de 10.000 pesos.

Esta particular mezcla ha hecho que el restaurante se convierta en parada obligada para los jóvenes que terminan sus rumbas en el Parque de El Poblado o en el Lleras.

Comida con templo hindú

En el centro de la ciudad está Govinda’s, uno de los primeros restaurantes vegetarianos de la ciudad que, además, ofrece toda una experiencia alrededor de la cultura Hare Krishna.

Además del menú con comida saludable y orgánica, el lugar cuenta con templo de adoración a dioses de su cultura, una librería y un centro en el que se practica yoga.

Los espacios del restaurante están distribuidos de forma que los comensales pueden interactuar entre ellos y con los monjes que los atienden.

Sus creadores definen el lugar como un templo y restaurante inspirado en “los profundos conocimientos de la milenaria sabiduría védica, que son nuestro pilar y guía”.

No hay platos, sino “experiencias”

Hace varios años que El Cielo se ganó un lugar entre los restaurantes innovadores de Medellín. Su concepto de ‘cocina creativa’ en el que se usan técnicas casi de laboratorio como la criococina, la cocina al vacío, las técnicas moleculares y destilados hacen que los platos que hay aquí no se encuentren en ningún otro lugar.

Una velada completa, con todas las experiencias que ofrece el restuarante, puede tomar dos horas, pero las críticas en redes como Degusta y TriAdvisor muestran que vale la pena.

Fue creado por el chef Juan Manuel Barrientos, reconocido en el mundo por su aporte desde la gastronomía y el trabajo social –enseña a cocinar a soldados heridos en combate- y hoy ya cuenta con una sede en Bogotá y otra en proyecto, en Miami.

En septiembre de 2013, además, fue incluido en la lista de Latin America’s 50 Best Restaurants.