Trabajar en soledad. Decálogo para que no decaigan los ánimos

Trabajar en solitario tiene sus ventajas e inconvenientes, como casi todo. Lo de trabajar en soledad a veces es por decisión propia, otras por diferentes circunstancias como falta de recursos, de confianza en los demás, no haber encontrado motivos para no hacerlo y en otras ocasiones simplemente por aquello de que más vale solo que mal acompañado… Pero lo cierto es que en esto del diseño abundan las almas solitarias que día a día se convierten en filarmónicas sobre un escenario, lo cual no está exento de heroicidad.
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Lo positivo de la situación depende del carácter de cada uno, pero la libertad en los horarios y toma de decisiones, la concentración y el no tener que dar explicaciones suelen ser aspectos que coinciden. Lo mismo sucede en la parte negativa, no es fácil tener que ser al mismo tiempo creativo, director de arte, maquetador, diseñador, investigador, community manager, copy, gerente, contable, recepcionista, asesor, procrastinador, cobrador del frac, buscador de tesoros y psicólogo. En ocasiones uno tiene sensación de caos. Aquí algunas reflexiones acerca del tema.

1. Aprende a priorizar y no pongas la lavadora mientras trabajas

El tiempo es oro, bueno en tu caso platino. Si trabajas solo y desde casa es sencillo caer en las tareas domésticas. Claro está que si ejerces la gran labor de educar, a veces no queda otra, y la situación se convierte en ventaja. Pero si no es así, mejor evitarlo y buscar el equilibrio en el tiempo personal y el profesional. También va bien lo de utilizar la lupa y aprender a priorizar, ya que las trampas que nos va poniendo la vida nos distraen de lo realmente importante.

2. Ten un plan

Piensa hasta dónde puedes y quieres llegar. Dejarte llevar por el día a día y los incendios ocasionales será lo más habitual, pero si sabes decir «no» y tienes un plan todo se irá encarrilando. Tú decides. Lo de tener un plan y una estrategia, aunque sea repetitivo, en estos casos es necesario. Piensa que si tú no decides, al final acaban por hacerlo los demás por ti.

3. Busca ayuda

Decidir trabajar en solitario o estar haciéndolo de manera circunstancial no significa renunciar al resto del mundo. Busca ‘socios’ externos que te ayuden a llegar donde tú no puedes y elige bien. Igual que rodearte de buenos amigos en tu vida es garantía para el deleite y disfrute de tu ocio, en el trabajo también lo es tener una buena ‘bolsa’ de colaboradores externos. Busca y construye un listado de colaboradores y proveedores que hablen tu idioma y comprendan tu proyecto.

4. Fija un horario

Si en cualquier situación es fácil perderse, trabajando en soledad lo es más aún, somos humanos y nuestro estado de ánimo varía cada día por factores externos e internos, con lo que hay días que ‘tirar solo del carro’ se convierte en tarea difícil.
Si tienes un horario todo será más fácil, una de las ventajas de la soledad es que podrás elegirlo. Crea dentro de ese horario compartimentos y días fijos para tareas que tengas que desarrollar de manera periódica, como días para hacer facturas, ordenar, promocionar tu labor, buscar clientes, proveedores, formarte, etc. Además de fijar el horario, es importante ¡cumplirlo! ;-)

5. Agenda reuniones contigo mismo

Además de las reuniones habituales es necesario que te reúnas contigo mismo. Esas reuniones son muy importantes y de ellas saldrán cosas muy interesantes. Reserva un tiempo mínimo sin interrupciones, prepáralas con mimo, en un espacio agradable y con un orden del día que contenga temas a tratar, análisis de los proyectos en marcha y planificación y puesta en marcha de nuevas ideas/caminos… Y no olvides papel y lápiz para anotar las conclusiones.

6. Fórmate en temas de empresa

Te guste o no, imaginamos que uno de los objetivos de tu trabajo diario será ganar dinero. Por lo tanto, tendrás que operar como una empresa, el tamaño es lo de menos, pero no deja de ser una empresa que implica una serie de conocimientos básicos. Para obtener tus ingresos y beneficios tendrás que lidiar a diario con instituciones públicas y otras empresas… Eso que llaman ‘el sistema’. Con lo que si tienes que formar parte de él, tendrás que saber cómo funciona. No se trata de que estudies la carrera de ADE, pero hoy en día existen multitud de recursos que pueden ayudarte, desde asistir a pequeños cursos, ver vídeos, leer determinados libros, artículos, jornadas… Como todo, lo aprendido después lo adaptas a tu savoir faire.

7. Aprovecha tu soledad y ¡viaja!

Una de las grandes ventajas de trabajar solo, sobre todo si trabajas desde casa, es que al no tener lugar ni equipo humano de trabajo puedes trabajar prácticamente desde cualquier lugar y si te organizas puedes tener al mundo a tus pies. Imagina que cada mes trabajas desde un país diferente durante un tiempo determinado, o bien tan solo un mes al año te propones hacerlo desde un destino diferente… Si planteas bien la experiencia, el bagaje que obtendrás seguro que te aportará impagables conocimientos y diferentes puntos de vista.

8. Sé visible

Soledad no es sinónimo de invisibilidad, el como te presentes es opción tuya. Las herramientas son las mismas para ti que para una gran agencia y a veces esto se olvida ya que pensamos que el esfuerzo no vale la pena. Eso sí, antes de hacerlo piensa bien los objetivos que quieres obtener y en la forma y lugares donde te interesa promocionarte ya que estando solo los recursos son muy limitados y el tiempo es oro… Este es un buen tema para incluir en esas reuniones contigo mismo.

9. Permítete pensar en ‘grande’

Sin que suene pretencioso, esto quiere decir que la soledad no tiene por qué implicar limitaciones en ciertos aspectos. Dependiendo del tipo de trabajo que estés realizando, estar solo no debería imponer barreras y a veces nosotros mismos las imponemos pensando que como estamos solos será imposible llevar a cabo ciertas cosas.
Al igual que estar solo y hacer pequeñas cosas a nivel local es posible y muy reconfortante, otras fórmulas también son posibles, es cuestión de opción y dirección. Tan solo has de pensar el qué y el cómo… Picasso estaba solo, ¿no?

10. Conoce tus destrezas… Y tus destrozos

Estar solo no significa hacerlo todo, cada uno de nosotros tiene sus propias habilidades y su propio talón de Aquiles, es utópico querer saber de todo y además hacerlo todo perfectamente. Querer alcanzar la perfección es positivo ya que invita a la mejora, pero también se puede convertir en un arma de doble filo. Si hay determinadas cosas en las que inviertes mucho tiempo y aún así nunca estás satisfecho y temas de los que te gustaría aprender pero el esfuerzo va a ser infinito, busca a alguien que los pueda resolver de manera adecuada. Ganarás en tiempo y seguramente los resultados serán mejores.
La soledad puede ser muy buena compañera de viaje, sobre todo si es elegida. Si es tu caso, que la disfrutes y no te olvides también de compartirla de vez en cuando y ¡disfrutar de la compañía!

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