La soledad del escritor

El de escritor es un oficio solitario. Desde el momento en que tomas la decisión de escribir sabes que la soledad va a ser tu única compañera de viaje.
Primero porque la mayor parte de tu entorno no te va a apoyar en absoluto, al contrario, te desaniman una y otra vez intentando que pongas los pies en la tierra, para que seas realista y te des cuenta de que eso de escribir está bien como afición pero no te va a llevar a ninguna parte “porque es un mundo muy cerrado y difícil”.
Si tienes la suerte de que alguien te apoye (casi siempre tu madre, tu hermano, tu pareja o algún amigo incondicional) de igual forma no puedes estar constantemente hablando “de tu libro” , aunque sea realmente lo único de lo que quieres hablar. Les explicas con toda emoción y detalle en qué punto está tu historia, cómo has llegado a atar aquel cabo suelto o por qué vas a añadir o a quitar personajes y ellos te miran esperando ansiosos que termines tu discurso. Así que te toca estar solo de nuevo.
Por otro lado está el proceso de creación, que siempre es en completa soledad: tus pensamientos y tú, nada ni nadie más. Aunque los escritores siempre hablan de que sus personajes son sus compañeros.
Por todo esto para dedicarse a escribir hay que intentar tener la mejor relación posible con uno mismo dado que es con quien vamos a compartir todo el tiempo de nuestra creación.
¿Estoy desdoblándome y hablando de mí misma como compañera? ¿Quizás llevo ya demasiado tiempo sola?

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