(watchmen) Los vigilantes: detrás de la máscara.
Los vigilantes es novela grafica más importante de los 80, y aún hoy mantiene su importancia en la industria del comic americano emergente.
Septiembre, 1986. La sombra de un conflicto nuclear cierne temor en todo el mundo, se respira la tensión. La editorial DC comics se prepara para revolucionar y deslumbrar el medio gráfico para siempre, mediante una miniserie de sólo doce capítulos que juntos integran una de las más grandes novelas gráficas de la historia. En la cubierta del primer capítulo aparece una pequeña cara sonriente, completamente amarilla mientras observa el cielo gris de Nueva York. Sin embrago, la imagen está estropeada por una gota de sangre que, sin que nadie lo sepa, se convertirá en un símbolo del comic contemporáneo.
Los vigilantes comenzó a dar sus primeros pasos y, a pesar de las más altas expectativas, ninguno podía todavía imaginar que en un futuro, no muy lejano, los críticos de todo el mundo la posesionarían como un triunfo literario, dando así una nueva dignidad al comic como arte.
A mediados de los 80, los súper héroes hacían parte de universos poco creíbles e inverosímiles, mundos extraordinarios, pero al mismo tiempo simplificados, adulzados y exageradamente incompletos, donde la realidad no encontraba tierra fértil entre las viñetas de aquellas historias. ConLos vigilantes, en cambio, su autor Alan Moore y su ilustrador, Dave Gibbons, (ambos ingleses) eligieron aplicar los valores del mundo real a un grupo de vigilantes enmascarados, creados bajo los arquetipos de la Era Dorada del comic norteamericano.
Con Los vigilantes se sintetiza y radicaliza cada aspecto de la realidad con una visión del mundo caótica y con un tono distopico…
Se trata de un enfoque innovador, atribuible a la falta de inhibición imaginativa que fue factor determinante en los creadores británicos, protagonistas de la Invasión británica, para crear tiras cómicas altamente revolucionarios, especialmente, para los estándares editoriales de Estados Unidos.
Además, no se puede olvidar que Moore ya había tenido experiencia en publicaciones norteamericanas, especialmente, en las páginas de Marvelman y de La cosa del pantano, ambos personajes que sufrieron un tratamiento de reconstrucción por parte del escritor inglés. Sin embargo, su gran aparición llegó con una obra maestra que se publicó inicialmente en Inglaterra. V de venganza fue su entrada triunfal al comic americano. Esta, relata la historia de un antihéroe que posee una moral ambigua e impetuosa que lo lleva a crear una revolución en una Londres Orweliana.
Con Los vigilantes se sintetiza y radicaliza cada aspecto de la realidad con una visión del mundo caótica y con un tono distopico, Moore crea una alegoría a la mundanidad de los 80. Los meticulosos diseños de Gibbons, junto a los colores planos de Higgins presentan un mundo muy bien delineado, una obra gráfica llena de drama, donde corren ríos de sangre dentro de una sociedad oscura y degenerada. Sus protagonistas están lejos de ser los típicos héroes del comic americano y los convierten en simples hombres, corruptos y despreciables que se toman la ley con su propia mano.
Un estilo meta-reflexivo, una visión acerca de las características formales del heroísmo que termina por deconstruir el mismo género desde la superficie hasta sus fundamentos.
Cada figura y personalidad se transporta en ese elaborado mecanismo en el cual no existen distinciones claras entre el bien y el mal, sino solo una grande estratificación de sombras. Son todos seres humanos y a medida de que se desarrolla la historia se dificulta el concepto de moral, hasta el punto de perderse frontera de él. Los espectadores activos se encuentran perdidos en un océano de inquietudes, sin modelos, sin puntos de referencias a seguir o héroes a los cuales admirar. Somos probados, forzados a hacer preguntas sobre cuestiones morales insuperables, códigos de comportamiento y éticas que son elementos lejanos a los comics americanos.
Moore escapa de la trampa de la crónica cotidiana de la vida de los héroes fotografiados en la mitad de la acción, para optar, en cambio, por una exploración acerca de las psicologías detrás de las máscaras durante su vida privada. Uno estilo meta-reflexivo, una visión acerca de las características formales del heroísmo que termina por deconstruir el mismo género desde la superficie hasta sus fundamentos. Esos personajes son mucho más que antihéroes shakesperianos, son hombres hundidos en un mundo oscuro, lleno de terror que no deja tregua a nadie, ni siquiera a quien logra comprenderlo a fondo.
En el curso de la obra, los lectores se someten, constantemente, a un verdadero experimento intelectual. Bombardeados de revelaciones desconcertantes y giros dramáticos, hacen revaluar los capítulos anteriormente leídos. Se puede tener entre las manos un universo entero, un mundo narrativo, un punto de vista privilegiado que permite tener una visión clara y completa.
Los vigilantes logró destruir la noción de los superhéroes tradicionales y ha abierto una nueva era de lectura visionaria al género que dicta nuevos estándares. A través de los años, su herencia sigue influenciando la industria, es un comic completamente diferente y la única novela gráfica en ser insertada en la lista de TIME Magazine de las cien mejores novelas en inglés desde 1923. Hoy, es una obra que sigue siendo un hito artístico que afecta a los lectores de todas las edades, pero detrás de ella, hay una crítica indudable al mundo en que se vive y por ello Moore pregunta:
¿Quién nos vigila de los vigilantes?
Comentarios
Publicar un comentario